http://www.librodearena.com/blog/donmondolio/7104

miércoles, 28 de mayo de 2014

La ridícula idea...

Esa noche me dijiste que no. Aun así me fui como el hombre más feliz del mundo. Estaba convencido de que había encontrado a la mujer de mi vida. Por ahora, el tiempo me ha quitado la razón.
Te conocía de vista desde hace años, desde la mitad de nuestra vida. De verte por el barrio, poco más. Resulta que teníamos un amigo en común. Un muy amigo, tanto tuyo como mío, pero no nos conocimos hasta mucho más tarde. Unos diez años después, nos invitó a ambos a su cumpleaños. Tu grupo de amigas, todas amigas suyas, y mi grupo de amigos, todos amigos tuyos. Ese día hablamos, aunque sin duda, fue la base para la relación futura. De amistad.
No recuerdo cómo seguimos relacionándonos, ni si esa noche, -La Noche- fue la siguiente, la segunda, u otra, no más de la quinta vez que quedásemos.
 Lo que sentí esa noche no lo había sentido nunca, y, de momento, no lo he vuelto a sentir, y tampoco nada o mejor. O mayor. Esa complicidad, esa fluidez entre ambos, natural, sin forzar… Me convertirse en humano, en una persona que no medía cada cosa que hacía o que estaba viendo y sólo actuar cuando ya tuviese claro lo que debía de hacer. Sólo sentía y hacía, según el sentimiento o emoción que me surgía. Hasta que me frustré, me rallé y ya no podía aguantar más. No aguantaba más dolor, seguir sufriendo no compensaba eso que sentía cada vez que tenía algún contacto contigo. Nunca había llorado viendo una película. Ahora es raro ver una y no echarme a llorar. Estoy hecho un sentimental, muy sensible.

La jodí la noche que te lo propuse, marcó el resto, y tampoco lo he hecho mucho mejor. Supongo que lo mejor será olvidarte, encontrar otra chica que me lo facilite. Hoy me han recomendado un libro, La ridícula idea de no volver a verte. El título me lo dice todo, pero no es tan ridícula...