http://www.librodearena.com/blog/donmondolio/7104

lunes, 20 de octubre de 2014

Clara, según...

La invención del amor, obra de José Ovejero ganadora del premio Alfaguara en el 2013, trata de un hombre que siente la soledad, aunque no la reconozca abiertamente, casi al revés, se excusa delante de los demás y para sí mismo, y se crea una relación frente a los demás (no frente a todos, sólo frente quien le conviene) para conseguir una pareja y alejar esa soledad, de una manera que parece fortuita, como si él no tuviera nada que ver, pero que logra su objetivo.
Es una manera de ser Dios, de mover los hilos de los demás, meras marionetas. La manera que tiene el protagonista de inventarse historias improvisadas y salir indemne es extraordinaria, porque en el fondo no se miente, no es verdad, es lo que él desearía. Se engaña a sí mismo pero lo sabe, sigue sin perder la realidad, y conjuga ambas depende de con quien esté.
Se podía haber titulado perfectamente Crearse un amor o Improvisar para conseguir un amor. Relato extraordinario sobre la sociedad tan individualista en la que estamos y las relaciones que tenemos con los demás, a pesar del "Estado de bienestar".

martes, 14 de octubre de 2014

Perdido

En mi D.N.I. pone una dirección donde se supone vivo, un lugar del que soy, donde nací, pero allí me siento perdido. No me encuentro, como si estuviera sólo de visita.
Camino por la calle con los auriculares puestos. Suena una canción que no reconozco, aunque sí al vocalista. Voy distraído, pero capto una frase: mi corazón es mi patria. No paro de darle vueltas. Quizá ese es mi problema, que habré regalado mi corazón a alguna chica y ahora no sé a quién. Y otro tema, a ver dónde lo habrá dejado esa chica sin rostro y sin nombre en mi cabeza.
Intento hacer memoria. En realidad soy muy enamoradizo, lo puede tener cualquiera. A lo mejor, habiéndolo aceptado alguna, se lo quedó aunque después se lo dí a otra. ¿Legalmente a quién le pertenecería? ¿Consta en algún lugar, hay un registro oficial de corazones?
Supongo que seguiré vagando hasta que alguna mujer me muestre que posee mi corazón, es decir, que acepté y se atreva a decirme que ella es la dueña legítima de mi corazón. Entonces tendré hogar.