http://www.librodearena.com/blog/donmondolio/7104

domingo, 22 de noviembre de 2015

Así empieza lo malo

La última novela de Javier Marías es, posiblemente, la más amena. Conserva su estilo reflexivo y su lenta progresión en la acción del relato, pero esto es menor. Incluso los episodios se dividen en menos letras, unas 6-8 caras de media.
El protagonista de la novela es un joven que recoge un puesto como ayudante de un director de cine venido a menos. Se convierte en un espectador testigo y activo de la vida, sobre todo íntima de éste, tanto por los requerimientos que se le pide como por los que toma por iniciativa propia.
Es una mirada sobre la confianza y las relaciones, especialmente las íntimas, y en el "nadie conoce a nadie" por mucho tiempo que se pase en su compañía y la intensidad de ésta. El argumento en sí se resolvería en menos de cien páginas, pero Marías llena más de quinientas en hacer una minuciosa reflexión de cada acto y suceso que ocurre, como ha hecho anteriormente en cada una de sus novelas y, por lo menos por mi parte, la gracia de todas ellas: no lo que cuenta, sino las reflexiones de lo que cuenta, y más en cuestiones íntimas, emotivas, actuales y psicológicas.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Los Wert

Hoy ha salido a la luz pública que Wert iba a ser cabeza de lista de Podemos por Ciudad Real. Por supuesto, no es el ex ministro, sino su hermano, el mismo que criticaba abiertamente la labor del poseedor de la cartera de Educación hasta hace "poco" (por lo menos para mí, antes debería haber sido desposeído de esa cartera). La pregunta que se me pasa por la cabeza es de quién estará más orgullosa su madre, y su padre, cómo no. Lo normal es que lo estén de ambos por igual y se "autoengañen", aunque también puede ser que no lo estén de ninguno de los dos.
Uno ya ha hecho, y el otro todavía no ha empezado, así que éste tiene ventaja, y más si su hermano lo ha hecho como lo ha hecho...

martes, 15 de septiembre de 2015

Siempre

Lo mejor de las noches es el silencio, esa sensación de soledad, de estar en tu mundo, alejado de éste en el que todo es absurdo y que se rige por leyes o normas más absurdas "cortoplacistas" y porque es lo que toca o "es que aquí se hace así".
En la noche, cuando todos duermen, construyes TU mundo, ves lo que TÚ quieres, oyes la música que TÚ quieres escuchar y lees lo que TÚ quieres leer, a tu ritmo, envolviéndote en el mundo que te construyes a alrededor de ti, inmerso en el ambiente en el que te apetece estar. Eso sí, en solitario.
Si quieres a más gente, es como si estuvieras de día, porque recibes estímulos de otras personas que no controlas, por lo que creas ese ambiente con otra persona. SIEMPRE. Por mucho control que tengas sobre una persona, por mucho que creas que la hayas cambiado siempre será esa persona, siempre saldrá ese algo que forma parte de ella, por mucho que esté reprimida. Nunca intentes cambiar a una persona, eso es imposible. Como mucho será una persona actuando, comportándose de una manera aprendida en determinadas situaciones, pero siempre será ella misma.

miércoles, 22 de julio de 2015

¿Sólo bonito?

Sin lluvia no hay arcoiris.La lluvia es triste, aunque sea bonita. El arcoiris también es bonito, pero es algo alegre, positivo. Será porque, también, sin sol, tampoco hay arcoiris, y el sol, es positivo. Es decir, el sol pesa más que la lluvia en el arcoiris. Lo que significa que lo positivo pesa más que lo negativo.

Se me olvidaba; el sol también es bonito.

lunes, 13 de julio de 2015

Encantado

Cuando sufres un encantamiento, estás a merced de éste. Lo que ocurre, es que, estás en mano de lo que tú crees que es tu dueño, no realmente de lo que quiera quien tú creas que es tu dueño, porque en realidad, estás a merced de lo que tú has creado, mediante una creencia, aunque tú le hayas dado el dominio de ti mismo a una persona. Precisamente, por eso, en el momento que quieras, se lo puedes quitar.
Obviamente, este proceso es inconsciente, se basa en ello. Y en la dualidad de creer y crear.

miércoles, 1 de julio de 2015

Ella

Cuando la veía o pensaba en ella, no sentía nada. Sí, era monilla, con buen cuerpo… Le caía bien. Nada más. Pero cuando estaba un rato con ella, tenía ganas de tocarla, de besarla, de abrazarla, de acariciar ese cuerpo delgado, esbelto, esas piernas largas, ligeramente duras, de un color dorado que resalta bajo una falda, y se elevan sobre unos tacones, o se ocultan dentro de unos pantalones ajustadas que las define a la perfección.

Supongo que sólo era algo carnal, físico… pero en el fondo me gustaba. Cuando estaba con ella, me encontraba mejor, bromeábamos y nos entendíamos siempre al hacerlo.

            Un día, nos quedamos solos. En medio de un vacile mutuo, tan habitual entre nosotros, nos tocamos. Creo que fue en un intento de hacernos cosquillas. Al querer evitarlo, llevamos las manos del otro lugares prohibidos, nos miramos y nos besamos. Y seguimos recorriendo con las manos los lugares prohibidos del otro, con pasión y sin reflexión, con una intensidad inconsciente que nos hacía olvidar todo lo demás. 

martes, 2 de junio de 2015

Como en las películas

Por fin. Ya había traído lo necesario para quedarme una noche. Quedaba casi la mitad de la mudanza, pero eso ya sería poco a poco, o nunca. Ninguna de mis amigas la habían hecho completa, ni siquiera las casadas, siempre se dejaban algo en la casa de sus padres.  Eran esos objetos que no necesitas, tampoco desprenderte de ellos.
Entré a la cocina y no me hizo falta abrir el frigorífico para darme cuenta de que no tenía cena. Habrá que bajar a por algo, pensé. Terminé de colocar un par de cosas y me dispuse a salir a la calle. Ni me cambio, me dije. Eché un vistazo por la terraza, la principal razón por la que me había decidido por este piso y salí. El ascensor se paró en el tercero. Al principio me asusté, era bastante antiguo, aunque la finca era de bastante pudiencia. Cuando abrieron la puerta me tranquilicé, más esos ojos verdes. La sonrisa me serenó del todo. ¿Bajas? preguntó. Conseguí afirmar con la cabeza. Al verme en el espejo me maldije, seguro que olía hasta a sudor de la mudanza. No volvería a salir de casa sin arreglarme.
Al estar distraida, me equivoqué de dirección y, en lugar de girar a la izquierda, fui hacia la derecha, hacia el lado contrario del que se fue él. En realidad quería que nos alejásemos cuanto antes. Di la vuelta a la manzana. Me costó, tuve que recuperar mis pasos y deshacer el camino un par de veces pero conseguí orientarme y encontrar el supermercado. Compré algo de fruta y, cuando me acerqué a los congelados vi al vecino. Tenía dos opciones, o

jueves, 2 de abril de 2015

Viajando a ninguna parte

Comedia con humor surrealista, del estilo de Berlanga, pero sin serlo, es decir, realista. El día a día de una compañía de comediantes que va por los pueblos, soñando que algún día actuarán en Madrid. Comienza con la llegada del hijo ilegítimo de uno de los actores principales. Los Galván: Gabino Diego es el nieto, José Sacristán el padre y Fernando Fernán-Gómez, director, guionista, actor y escritor de la novela en la que se basa. El protagonista es el mediano, que va mediando en la compañía, en el centro de todo lo que ocurre en ella, principalmente su desaparición paso a paso. Gran trabajo de Juan Diego, como administrador de la compañía y el que lleva al personaje de Sacristán (Carlos Galván) junto a otra actriz a la capital. Para narrarlo, lo hace mediante una entrevista a éste cuando ya está mayor y con alzheimer maneja sus recuerdos. Deja la compañía para trabajar en el cine.
Muestra las miserias y las peculiaridades de los comediantes/vagabundos, que van de pueblo en pueblo, y la diferencia con los que son fijos en Madrid, resaltando su levedad y que no tiene memoria, dando igual lo que se haya hecho en el pasado.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Nos dejamos

Siempre es agradable que te entre una chica, aunque sea en una calle concurrida con una carpeta en la mano y, nada más contestarla que no trabajas, que sólo estudias, se despida de ti. Es decir, que una vez que le confiesas que no tienes dinero, te manda a seguir con tu paseo. ¿Para eso me paras?
Pero sí, se agradece que una chica se digne a hablarte por la calle, que ella venga a ti, y no al revés. Aunque sea para eso, para pedirte la hora, o preguntarte para una calle.
Al principio casi te extraña, ¿me querrá robar? ¿Distraerme mientras alguien busca mi móvil o mi cartera por los bolsillos? Desconfías. ¿Y si finge querer liarse contigo, te lleva a un hostal, te echa cloroformo y cuando te levantas, te falta algún órgano? Y luego hay chicas que tienen miedo de nosotros...
Puede que sea culpa de la tele, que ya hemos visto por ella de todo, especialmente lo malo, y piensas que es muy habitual. En cambio, lo bueno, como no sale, hasta te extraña. También hace mucho daño la falta de costumbre: de que se dirijan a ti, de ligar, de ver la realidad. Hace años la culpa de todo era de la caja tonta. Ahora, además, y casi con mayor porcentaje, del interné.
Para mí la culpa es nuestra, que nos dejamos y siempre es más fácil echar la culpa a quien nos atrapa con su atractivo de lucecitas e inmediatez que reconocer que nos dejamos engatusar, al igual que los peores no son quienes extienden rumores sino quienes les creen.

domingo, 18 de enero de 2015

El pasado para cumplir el Carpe Diem

¿Hay algo peor que una chica que te gusta, con la que quisieras liarte, o por lo menos enrollarte en algún momento, te empiece a hablar de con los tíos con los que se ha enrollado? Aparte de tener el síndrome del pagafantas, hay muchas que lo hacen como previo a liarse contigo, como si tuvieran que confesarlo o algo, rememorar el pasado, expiar sus pecados para acometer el presente. Lo contrario al Carpe Diem. ¿A mí qué me importa lo que ha hecho en el pasado? Estoy más pendiente de lo que está pasando, por eso, cuando me hablan de otros tíos, me lo tomo a mal, aunque siga pensando que quiere que nos liemos, me corta todo el rollo y me acabo yendo. En lo último que estoy pensando es en otras tías, mucho menos en las que ya me he liado, sólo en la que tengo enfrente.
También pasa cuando ya te estás liando, en un descanso, o en una cita posterior. ¿Por qué se recuerda a otro chico? ¿Será porque es verdad que somos todos iguales?